Aquí estoy por tercera vez (2022, 204 y 2025) en Muras para participar en este trail. De nuevo en la distancia corta de 12 km y con el mismo recorrido que el año anterior. La diferencia es que esta vez es en noviembre y no en julio. Cambiamos el calor de verano por el frío y la humedad del otoño.

El año pasado acabé con sensaciones no muy buenas por culpa de los calambres. Esta vez vengo dispuesto a disfrutarlo de principio a fin. Si además puedo acercarme a las 2 horas (10 min/km) pues estaré satisfecho (aunque sé para que para muchos esto no sería ni correr).

En la recogida del dorsal hace frío, unos 4º C me dicen unos compañeros que se están cambiando en el coche de al lado. Hay revisión de material por parte de los jueces, en nuestro caso teléfono móvil y manga larga. Llevo manguitos, pero mientras espero también el chubasquero. Somos unos 185 participantes. Hacemos un minuto de silencio, unos días atrás falleció Jesús Bernal y lo recordamos con cariño.

Salimos. Me lo voy a tomar con calma. Los primeros 4 km son en subida con dos tramos especialmente pendientes. Voy cómodo y saco los bastones para ayudarme. km 4. Acabamos la subida fuerte y estamos en los primeros aerogeneradores. Es el punto de mayor altitud, Outeiro Grande con 793 m. Me acuerdo de esto. Hasta aquí llevo un ritmo medio de 10:40 min/km, un poco mejor que en 2024. Pero me encuentro mejor de sensaciones.

Una pequeña bajada por pista nos acerca hasta el avituallamiento. Un poquito de agua y unas gominolas. Subidita, corta (200 m) pero intensa campo a través. Estamos entre los aerogeneradores. El año pasado me pasé de largo el giro a la izquierda. Delante de mi van dos corredores que dudan. Les doy un grito para que sigan las banderitas.

Casi todo lo que queda (más de la mitad) es bajada por diferente tipo de terreno. Voy muy cómodo pero no quiero apretarme. Quiero disfrutar. La vez anterior comenzaron los calambre y acabé fatal. Cruzamos Bustelo en el km 8,2 en 1 h 20 min, a 10 min/km. Creo que puedo entrar en meta por debajo de las 2 horas que es lo que pretendía inicialmente. Cruzo un par de regatos, me lleno de barro y casi sin darme cuenta estoy en As Ucheiras, km 12, y ya prácticamente en Muras. Como imaginaba, van a salir más de los 12 km previstos. La bajadita final este año está cubierta de hojas (de otoño, claro).

Entro en Muras, cruzamos el parque, el puente de madera, el campo de fútbol... y la meta. He podido entrar corriendo. ¡Que gustazo!