Salida

La salida (y meta) estaba situada en la Praza do Souto de San Miguel de Reinante, prevista para las 10:30 h. Previamente, una hora antes ya estaba en marcha la prueba de 26 km. Recogemos el dorsal con tiempo suficiente, como siempre, y nos preparamos. No hace frío ni llueve así que el chubasquero va en la mochila, con los bastones... de momento.

Se va congregando la gente, 90 corredores y corredoras (¡que no parecen tantos!) y, puntualmente, se da la salida.

¡Venga para arriba!

Por lo que sabemos del perfil, los primeros 6 km serán todo para arriba. Salimos entre las calles a un ritmo sorprendentemente lento (esperaba mucho más), pasando junto al cementerio. Pasado medio kilómetro enganchamos con un camino y corremos en paralelo al Rego do Forcón, en llano, sobre hierba. Cruzamos la autovía y viene el primer repecho entre eucaliptos para bajar de nuevo hasta el río.

El siguiente tramo, sobre el km 3,5, es del que nos habían avisado en la salida: el terreno está erosionado en la ladera del Rego das Martillas y debemos pasar con precaución junto a las cuerdas. Sólo hace falta caminar con un poco de cuidado. Cruzamos un par de veces y aproximadamente en el km 4 nos separamos definitivamente.

Tras un pequeño tramo casi de trepada salimos a una pista asfaltada para, en el siguiente cruce a la derecha, seguir por otra de tierra en ascenso constante entre eucaliptos. Si ya aquí íbamos lentos, lo que nos esperaba... un kilómetro abierto en la ladera del monte donde los terrones resbaladizos eran los escalones para avanzar. El ritmo medio hasta aquí fue de casi 11 min/km, pero sólo este tramo fueron 19 minutos. ¡Menos mal que me había decidido por llevar bastones! Con un giro a la derecha llegamos a Penalonga, el punto más alto, en el km 6.

Toca bajar un poco. Rodeamos el alto, bajamos por monte incómodo, giramos en un afloramiento rocoso con paso estrecho y sobre todo dejamos pasar a mucha gente que viene del trail largo. En el km 8 se acaba este descenso y viene la segunda cuesta dura. Hasta aquí hemos llegado. Como muestra, este kilómetro (del 8 al 9) han sido ¡¡¡25 minutos!!! Ya no estoy para esto. Total: ritmo medio de 13 min/km. Recuerdo que el cierre de meta se hacía en 2 h 50 min, así que...

A ver si acabamos...

El avituallamiento marca el fin de la subida junto con el mirador de Monte Comado. Vaya vistas de la rasa cantábrica y playas. Volveremos con mejor visibilidad. Sabemos que desde aquí es todo bajada, unos 4 km. Empezamos por pista y giramos a la derecha de nuevo al eucaliptal. 

Supuestamente deberíamos disfrutar, pero por miedo a los resbalones/tropezones, a la carga de los cuádriceps, por dejar pasar a los kamizakes del descenso (dicho con envidia sana, que en todo momento todos los corredores y corredoras tuvieron educación y ánimos para este lento) y por mi propia torpeza, fui bastante tenso, más de la cuenta. Casi de repente, entre los matorrales aparece el puente sobre la autovía. Eso significa que estamos en el km 10,5 y que llegamos a la "civilización". Ahora sólo nos quedan caminos y calles. Por cierto que echo un ojo al reloj para ver si entro antes del cierre de meta. Parece que sí. Último tramo de 1,5 km con ritmo y con la sonrisa puesta. Y entrada en meta dentro del tiempo, con 2 h 32 min.

Es una pena llegar con este tiempo, pero hoy quería disfrutar evitando los calambres y así ha sido. Sufrido, claro, pero divertido.

Respecto de la organización: gran trato al corredor (parece que los pinchos finales fueron de infarto pero apenas tuvimos tiempo de disfrutarlos), recorrido muy bueno, intenso y variado (como siempre, para mi hay un exceso de eucalipto pero es un mal endémico) y regalito de unos manguitos siempre útiles junto a un castaño que veremos si tira hacia arriba una vez trasplantado. Todo genial, así que enhorabuena y... volveremos.

*Fotos del Facebook oficial