El Parque Natural Baixa Limia-Serra do Xurés tiene varias características de identidad propias. Declarado en 1993, es el más grande de Galicia, con 30 000 ha y es parte de la Reserva de la Biosfera Transfronteriza Gerês-Xurés, compartida con Porugal. Por sus valores naturales, orografía y extensión es un paraíso para las rutas de senderismo. Oficialmente son 11 las rutas señalizadas, de muy diverso tipo y dificultad.

La ruta de Queguas, en el concello de Entrimo, une naturaleza, tradición y prehistoria en un recorrido de 8,5 km hacia las zonas altas, las estribaciones al sur de la Serra do Laboreiro. En nuestro caso, por falta de tiempo, la hemos acortado, eliminando el inicio de Venceáns y trasladándolo un poco más allá de Queguas, reduciendo el desnivel positivo a 200 metros.

La ruta está marcada con postes de madera bajos y las señales amarillas y blancas de los senderos PR. Dispone también de paneles informativos. Algunos tramos coinciden con una de las rutas de BTT.

Inicio

Aparcamos en una pista, enfrente de una explotación, en la zona de Os Carrís, al norte de Queguas (enlace a Google Maps). para enlazar con la ruta señalizada mediante un pequeño camino abierto entre el matorral de escobas.

Tramo de ida (km 0 a 3,5)

Estos primeros kilómetros son en ascenso constante, pero muy llevaderos y suaves.

Comienza nuestra ruta por caminos tradicionales, muy pisados por el ganado y por los que corre el agua. La vegetación dominante son las escobas mientras no salgan las nuevas hojas de los robles melojos que flanquean el sendero, entre muros de piedra. En algún tramo el agua corre camino abajo y un enlosado de bloques de piedras permite avanzar con comodidad sin tener que acabar de barro hasta...

Seguimos subiendo y ahora las protagonistas son las congostras, caminos estrechos y profundos entre vallados de piedra, paso tradicional de las vacas y carros. Nos acompañan los cantos de carboneros, currucas, pito real y, cogiéndonos sorpresa, el vuelo rápido de huida de una becada, saliendo de un encharcamiento en un bosque tras el vallado.

Pasado nuestro km 3, llegamos a las ruinas de unas construcciones de piedra (más adelante alguna está en uso y "modernizada"). Son las cortes da Carballeira. Como nos indica un panel informativo eran usadas en primavera y verano cuando pastores y ganado subían a los pastos altos.

Aquí visitamos también la capilla de A Virxe da Ascensión, de cronología desconocida. A su alrededor un gran atrio rodeado de un vallado bajo de piedra y en su centro un gran roble melojo. En 2017 este árbol fue incorporado al catálogo de árboles singulares de Galicia con el nombre de cerquiño de Queguas.

Seguimos camino y en seguida salimos de la pista de tierra, desviándonos a la izquierda por un sendero pedregoso que asciende, ahora sí empinado. Dejamos a nuestra izquierda una vaguada en la que pastan las bestas y subimos al alto de A Gurita.

El paisaje se abre. Al norte y al este, cerca, se muestran los roquedos de Sete Laceiras y As Fandías. Al oeste, la Serra de Leboreiro, la frontera con Portugal, con toda una serie de elevaciones rocosas y corgas que prometen para futuras rutas, destacando la Pena de Anamán, en su día refugio del célebre bandolero Xan das Congostras o escenario de leyendas.

Llegamos a la Casa da Moura, nuestro destino. El dolmen, monumento funerario megalítico, es una cámara hexagonal (de aproximadamente 2 x 2 metros) formada por seis losas verticales que sustentan otra que sirve de cubierta y un corredor de acceso. Se trata de una de las mayores de Galicia. Toda la estructura original se cubría de tierra formando la mámoa, de unos 15 metros de diámetro.