Distancia: 15,5 km
Tiempo aproximada: 5 h
Desnivel (positivo): 1000 m
Circular: síInicio/fin: Seoane de Courel
Aspectos destacados: seguimos el encajonado río Pequeno, pasando por bosques, soutos de castaños, cabañas y aldeas, Val das Mouras
Estamos en uno de los paraísos de Galicia, la Serra do Courel. Aunque de por si tiene entidad propia, en la red de espacios protegidos se le considera como Zona de Especial Protección de los Valores Naturales y Lugar de Importancia Comunitaria de la Red Natura 2000 junto con la Serra dos Ancares, ocupando entre ambos una superficie de más de cien mil hectáreas.
La Serra do Courel se vertebra a partir del cauce del río Lor que corre hacia el SO. A la altura de Ferreiría Nova, en Seoane, recibe como afluente por la derecha al Río Pequeno. Este río nace unos 7 km más arriba, en el entorno de la aldea de Pedrafita do Courel. Su recorrido es el que forma la primera parte de esta ruta, que retorna al punto de partida en Seoane, por las zonas altas al oeste.
La Ruta do Río Pequeno es una de las clásicas del Courel. No es de extrañar, ya que atravesaremos zonas de mucho interés etnográfico, bosques y soutos, ríos y regatos y tendremos paisajes increíbles a nuestra vista.
Acceso y punto de partida
El inicio se localiza en la población de Seoane de Courel. Llegamos hasta aquí desde el sur por la carretera de Quiroga y Folgoso o desde el norte, desde Piedrafita do Cebreiro. En el extremo norte del pueblo (al entrar si accedemos desde Quiroga). Al pie de un panel (dos paneles distintos instalados en diferentes momentos) comienza el sendero. Los indicadores a partir de aquí nos indicarán "Ruta 4".
Tramo 1: Seoane-Paderne (km 0-km 5)
El camino comienza atravesando el lugar de As Míllaras. De momento, la carretera se interpone entre nosotros y el río Pequeno, Avanzamos entre prados y los primeros soutos de castaños, dejando atrás viejas construcciones, algunas de las cuales funcionaban como sequeiros, construcciones de dos pisos en los que se aprovechaba el humo para el secado de las castañas recogidas en las proximidades.
En aproximadamente un kilómetro llegamos a la aldea do Mazo, actualmente un complejo de turismo rural pero que mantiene el nombre del mazo, elemento hidráulico para forjar el hierro. Siguiendo el camino nos encontramos con uno de los conjuntos etnográficos más interesantes, las cabanas de Carballois. Estas cabañas tenían la función de almacenar hierba en una zona en la que los prados estaban alejados de las vías de comunicación, pero también para alojar el ganado y, secundariamente, como sequeiros. Están construidas en piedra caliza, la mayoría con dos pisos (inferior para ganado y superior para hierba). Un pequeño desvío en el camino nos permite visitar todo el conjunto.
Poco después las Cabanas dos Corvos y cruzamos un pequeño arroyo. En el cruce, el camino de la derecha sube hasta Vilasibil. Seguimos de frente, pasamos el Rego de Bois y llegamos a las Cabanas da Caseliña, conjunto de quince construcciones tradicionales. En todo el camino seguimos alternando los prados con los soutos en los que destacan algunos ejemplares impresionantes. La ruta vuelve ahora a encontrarse con el río Pequeno del que nos habíamos alejado un poco y nos sorprende con la cascada del Pozo da Grada, junto a unas paredes verticales de pizarra. Un poco más adelante una pequeña represea forma un rincón encantador en la orilla. Estamos en el lugar de Ervellegas, donde se localiza una vieja central eléctrica que funcionó hasta los años sesenta. Sobre un puente de madera sorteamos el rego de Cantillón y comenzamos una ligera subida hacia Paderne.
Además de los soutos, todo el camino tiene una gran riqueza de helechos entre los que destacan los pies de la lengua de ciervo (Phyllitis scolopendrium), el polipodio (Poypodium sp) o el culantrillo (Asplenium trichomanes).
Paderne es un pueblo típico de Courel, en el que se compaginan la piedra, la pizarra y la madera en contacto con la naturaleza. Apenas diez casas permanecen ocupadas todo el año (la temporada de nieves es dura), pero se ha adaptado al turismo rural. Otra impresionante ruta enlaza aquí, cruzando uno de los bosques más bonitos de la sierra, la devesa de A Escrita (o de Paderne).
Tramo 2: Paderne-Castro de Brio (km 5-km 9)
Cruzamos Paderne dirigiéndonos, entre las casas de la parte inferior, hacia el río. Poco después de cruzar el puente y pasar a la orilla derecha, el camino describe una curva cerrada casi a la altura de una bifurcación. De frente (a a derecha) sigue la pista que nos acerca a la devesa de A Escrita. Pero nosotros seguimos las indicaciones a la izquierda para continuar por el valle del río Pequeno, por el lado opuesta de antes. Durante algo más de un kilómetro apenas ganamos altura mientras bordeamos As Lameliñas.
A partir de aquí comienza la subida más dura: 1,3 km en los que superamos desniveles que llegan casi al 30%, hasta Chao Grande (1004 m). Ascendemos con calma y aprovechamos las vistas sobre el río, Paderne, la devesa... Al noreste destacan las superficies blancas del Taro Branco (1229 m), una lengua de roca calcárea. Hacia el sureste empiezan a abrírsenos las vistas en dirección al Formigueiros, el pico más alto de Courel (1641 m) y, en su ladera, la devesa da Rogueira. El paisaje a nuestro alrededor ha cambiado y ahora caminamos entre matorral.
Todavía tenemos que subir un poco más hasta la base del Castro de Brío. A la izquierda de nuestro camino se encuentran los restos de uno de los enclaves más antiguos de Courel, con restos de la muralla y algunas viviendas (se enmarca en la época romana de las minas de oro de la zona, entre los siglos I y II).
Tramo 3: Castro de Brio-Seoane (km 9-km 15)
Ya hemos pasado el punto más alto de nuestra ruta. Ahora el camino comienza el descenso hacia Mercurín. Después de unas cuantas curvas a media ladera, volvemos a integrarnos en la zona boscosa. Coincidendo con los primeros castaños de este souto dejamos atrá y en la ladera a la derecha las cuevas de As Choias (una sima de 55 m) y de O Eixe. Precisamente en esta cueva se han encontrado nuevas especies de coleópteros cavernícolas. Uno de ellos, el Galaicodytes caurelensis causó revuelo en la comunidad entomológica por sus características, que ayudan a corroborar la teoría de la deriva continental. Estamos en un entorno biológico privilegiado.
El camino continúa descendiendo este castaños centenarios. En una curva a la izquierda nos encontramos con los depósitos de auga que anuncian que estamos a las puertas de Mercurín. Al sur del pueblo se encuentra un lugar de especial encanto: el Val das Mouras. La ruta sigue el camino saliendo de la aldea por su parte baja y hacia el norte para girar luego y rodear el pequeño valle del rego de Liñares. Es otro lugar mágico envuelto por el souto de Mercurín. Casi sin darnos cuenta el paisaje cambia y los castaños son sustituidos por encinas al entrar en el aciñeiral de Mercurín. La vegetación cambia al cambiar el sustrato a rocas calizas: dominan las encinas, aparece la hierba del pordiosero (Clematis vitalba), el helecho doradilla (Ceterach officinarum) o el liquen Lobaria pulmonaria sobre las cortezas.
Tenemos que prestar atención a la bajada, con una pendiente pronunciada. Al final de ella nos encontramos con la carretera de Folgoso a Seoane. Cruzamos y seguimos la carretera a Moreda (y al aula de naturaleza durante unos metros. En seguida nos desviamos a la izquierda para pasar bajo las casas en Ferreiría Nova. Aquí se sitúa la ferreiría más grande de la comarca, la de Locay (apellido de la familia que la compró en 1918), que data de 1808, construida para transformar el hierro que se extraia del monte Formigueiros. Sus cifras son impresionantes: 13 arcos románicos, martillo de 370 kg, eje de ocho metros de largo, banzado de diez metros de altura... En 1920 se transformó en central hidroeléctrica, molino y aserradero. Recientemente ha sido restaurada, pero por desacuerdo entre políticos y propietarios no puede ser visitada.
Nuestra ruta remata por los caminos cementados de Seoane. Prolongamos un poco el paseo para acercarnos hasta la Estación Biológica de la Universidad de Santiago. Sólo quedan las últimas cuestas entre ls casas de Seoane y regresamos al punto de partida, en la carretera, al pie de los paneles informativos.
Pocas rutas en Courel pueden disponer de tantos atractivos. Muy recomendable. Su dureza sólo depende de la longitud (14-15 km) y las pendientes entre Paderne y Chao Grande. Haciéndola con calma y con tiempo es muy asequible.
# Más información:
- Sobre los sequeiros de castañas: web Serra do Courel, en Wikipedia.
- Sobre la ferrería Nova o de Locay: Patrimonio Industrial... Serra do Courel.
- Web de Aldea do Mazo, Turismo rural.
- Cova do Eixo: nueva especie de coleóptero, Galaycodytes. Cova das Choias en este blog.
- Cuevas de Courel (datos de la de O Eixe) en esta entrada del blog de Ramón Vila.
- Diferentes descripciones de la ruta: Club Acivro, Perrunadas, sendaweb,
# Enlace al álbum de fotos.
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