Título: Orígenes. Cómo la historia de la Tierra determina la historia de la humanidad
Autor: Lewis Dartnell
Editorial: Debate-Penguin Random House
Año: 2022
ISBN: 9788499929637
Más información:
- Reseña en El asombrado & Co.
- El libro en la web de la editorial Penguinlibros.
- Entrevista al autor en El mundo.
Pues no es fácil definir este libro. Es de evolución y antropología, pero también de evolución cultural; es de prehistoria e historia, unida a geología; también hay algo de viajes, de economía, de política...
Orígenes es la historia del ser humano, del Homo sapiens, desde un punto de vista global como parte, una pequeña parte del planeta Tierra y, por lo tanto, moldeado por esta y por sus cambios a lo largo de muchos millones de años aunque nuestra especie exista desde hace sólo un par de cientos de miles.
Vamos a recorrer una historia apasionante y muy bien descrita por el autor, Lewis Dartnell, un biólogo metido actualmente a astrobiólogo, pero que dedica buena parte de su tiempo a hacer divulgación (de la buena) de la ciencia. Sorprende especialmente una capacidad, que entre líneas pare facilidad, para tener y revelar una visión tan amplia y como se entretejen los diferentes factores y actores de esta aventura.
El primer paso se produjo en África. Los Australopithecus fueron sustituidos por los Homo. La tectónica de placas, los movimientos de la litosfera, la apertura del rift... todo se conjugó para un cambio de clima hacia una aridez que "abrió" la selva y llevó al bipedismo. Pero vamos aún más allá: las alteraciones climáticas también se deben a los ciclos de Milankovitch que cambian la distribución del calor del sol sobre el planeta, que producen los períodos glaciares e interglaciares que tanto influyeron en nuestra peregrinación original. Muchos lugares hoy separados por mar quedaron en seco con la retirada de las aguas en las glaciaciones y permitieron el paso de los viajeros que conquistaron hace 11000 años el último punto del planeta, el extremo sudamericano. Ya entonces, desde hace unos 40000-25000 años Homo sapiens era el único homínido que resistía.
Hace unos 12000 años (y milenios posteriores), comenzó a desenvolverse la agricultura en siete lugares y momentos diferentes. Una posible causa es el aumento de dióxido de carbono en la atmosfera en un período interglaciar, un clima estable, que en regiones cálidas y húmedas daba lugar a una proliferación de unas cuantas especies de plantas: trigo y cebada en Mesopotamia, el mijo y la soja en China, calabaza y maíz en Mesoamérica, patatas en los Andes, ñame en Nueva Guinea, etc. En la actualidad el trigo, el arroz y el maíz proporcionan más de la mitad de la energía alimentaria de la actualidad. Esta revolución del Neolítico fue un "punto sin retorno" para nuestra especie. Esto se explica con detalla, así como la domesticación de especies animales, especialmente como "fuerza externa" que permitió mejorar los trabajos. Y estas pautas agrícolas y ganaderas aún se dejan ver hoy en la distribución de la población.
También los movimientos continentales influyeron en la geografía de los mares. El ejemplo nos lo pone en el Mediterráneo con sus variaciones a lo largo de los millones de años, como significó la aparición y desaparición de civilizaciones en sus costas o como los estrechos que comunicaban rutas y continentes fueron fundamentales en su desarrollo: la ruta del Mar Rojo, el estrecho de Ormuz, la ruta de las especias, Grecia o, actualmente, las "arterias negras" del transporte de petróleo. Aún hoy el 90% del transporte mundial sigue rutas marítimas.
¿Y qué me decís de las pirámides? "Los enormes bloques de roca que configuran la Gran Pirámide de Guiza fueron extraídos de lo que es una losa gigante de caliza que se extiende por Eurasia y África. Compuesta de innumerables caparazones de foraminíferos, esta caliza nummulítica es una roca biológica. De modo que, aunque los faraones egipcios ordenaran su construcción... fueron otros seres vivos los que construyeron las pirámides". La madera y la arcilla, el sílex, los metales, etc., todos estos materiales de construcción y su presencia (o ausencia) debida a factores geológicos, climáticos biológicos condicionaron el avance de las civilizaciones. "Hicieron falta tres millones de años para pasar de los homininos que elaboraban utensilios líticos a partir de esquirlas a los humanos que fundieron el primer cobre, pero progresamos desde la Edad de Hierro hasta los vuelos espaciales en sólo 3000 años".
Es curioso que casi todo el hierro que explotamos en la actualidad se formó gracias al conocido como Gran Evento de Oxidación (GOE) de hace 2400 millones de años cuando las minúsculas células fotosintéticas llenaron de oxígeno la atmosfera. Durante 200 millones de años se crearon las bandas de hierro oxidado que proporcionaron el metal al ser humano. Además el oxígeno es imprescindible para otro gran avance: el fuego.
El autor estableces nuevas relaciones entre acontecimientos que aparentemente tienen poco que ver como la Ruta de la Seda (¿por qué discurría por esos caminos?), la migración de los camellos desde su origen en América hasta Asia por el estrecho de Bering, la domesticación del caballo y la aparición de los grandes mares de hierba de las estepas que permitieron la consolidación de los pueblos bárbaros que tanto influyeron en la historia de Occidente y Oriente.
Por si todo esto no fuera suficiente, nos hace reflexionar en como la climatología, la células de Hadley, los vientos alisios o los monzones, etc. tuvieron un papel fundamental en la época de los grandes descubrimientos: la navegación hasta América, el paso a través del cabo de Buena Esperanza (hacia la "nueva" ruta de las especias), el acceso al Pacífico por el estrecho de Magallanes, la "conquista" europea de los mares y el reparto de las tierras. Por cierto, ¿es posible que el nivel del mar, y la necesidad de la construcción de diques y molinos de viento, fuera vital en la aparición del primer banco en Amsterdam?
Queda un último apartado, la energía. Tras la explotación de la madera llega la del carbón. El origen de este mineral, procedente de la acumulación de turba, se produjo durante el Carbonífero (hace 325 millones de años), derivado de los movimientos tectónicos que formaron Pangea y conformaron las cuencas carboníferas. De entonces procede el carbón que usamos en estos últimos 200 años. Y algo semejante ocurre con el petróleo, que se originó hace 155-100 millones de años (Jurásico tardío y Cretácico medio) en el antiguo mar de Tetis ahora desaparecido a partir de de los restos del plancton marino microscópico. Resulta chocante que el carbono acumulado durante millones de años lo estamos liberando mediante la quema de estos combustibles fósiles, en forma de dióxido de carbono, en unos pocos siglos, lo que produce el alarmante cambio climático en que estamos inmersos.
Es impresionante como el ser humano, la especie que más está transformando su entorno, sea el resultado de toda una serie de relaciones que habitualmente no nos planteamos y que se pueden inferir sólo con escarbar un poco en nuestra evolución, nuestra historia o nuestras costumbres. En eso, el autor es un especialista y nos convence incluso de como la geología influye en la política.
Este libro se ha convertido ya en una referencia en mi biblioteca para consultar con frecuencia su índice alfabético. Además me obliga a leer otro de los títulos del autor que ya estaba en el punto de mira: "Abrir en caso de apocalipsis".
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