Cuantas veces habrá pasado que con el título de un libro o una reseña te haces una idea preconcebida de lo que vas a leer pero luego, página a página, la narración va por otro camino. Eso me ha pasado con este libro. De Arsuaga había leido bastante, de Millás... nada. ¿Cómo podría resultar una mezcla entre lo que pueden contar uno y otro?

En este caso el sapiens es Arsuaga y el neandertal Millás, en el punto de ser ambos el profesor y el alumno de la historia de la evolución humana que narran.

Cada capítulo es un avance de la evolución. Cada uno discurre en un lugar diferente en el que en principio, no parece haber nada relacionado con el tema: un paseo por la sierra, un museo de arte, un mercado, una feria de mascotas, un colegio... El sapiens cuenta, el neandertal aprende. Desde su punto de vista, todo a nuestro alrededor puede recordarnos de donde venimos evolutivamente y como nos hemos adaptado.

Los contenidos que ambos abordan pasan por la bipedestación y la organización corporal, una evolución sin objetivo final (ausencia de relojero), las sociedades humanas, la alimentación, la selección sexual o la domesticación del sapiens.

En ocasiones no sabes si estás ante una novela o ante un libro científico. Esa es la clave, la narrativa de Millás como contador de historias envuelve los comentarios y las lecciones de Arsuaga como antropólogo creando un relato ameno y entretenido en le que vas descubriendo los hitos de la evolución humana. En sus diálogos hay espacio para la ironía, la ingenuidad, el talento y para la vida misma. Algunas de las frases que se ponen en boca de Arsuaga son para enmarcar y recordar. Las conversaciones en fin, son el alma del libro.

Libro muy recomendable para hacer un alto en el camino de las lecturas de divulgación científica pura y relajarse sin dejar de aprender y de conocer a nuestros ancestros.