Michio Kaku es físico de formación, doctor por la universidad de Berkeley. Su especialidad es la teoría de cuerdas y lleva más de treinta años en la cátedra de física teórica en el City College de Nueva York. Pero quizás se le conozca más como divulgar científico: escritor de libros, presentador de programas de radio y televisión, conferenciante...

Entre sus temas más recurrentes está la visión de como será el futuro de la humanidad. Desde su formación, estas predicciones se cimentan en las leyes de las física, las teorías más actuales apoyadas por los científicos más punteros. No dejan de ser predicciones, pero podemos sentir que tienen una base real. Sus últimas publicaciones son muy indicativas: Física del futuro, El futuro de la mente y El futuro de la humanidad.

En este último, el autor nos hace un acercamiento a como podrá ser la realidad del ser humano en un futuro lejano, a dónde y cómo podremos llegar en base a nuestros conocimientos científicos actuales y futuros.

Es cuando menos curioso que en el prólogo haga referencia a la erupción del Toba, en Indonesia, hace unos 75000 años, cuyos efectos sobre el medio ambiente provocaron que casi toda la población humana se extinguiera, excepto unos dos mil individuos, según alguna de las teorías. Este "cuello de botella" hizo que todos fuéramos descendientes de este pequeño grupo, cuyo futuro era incierto. 

A partir de ahora, ese futuro está por escribir. En este libro se divide en tres escenarios. El primero es la salida de la Tierra. La supervivencia de la especie ante la degradación de nuestro planeta o la falta de recursos por una superpoblación pasa por encontrar nuevos hogares. Actualmente hay una carrera por llegar a Marte. Posteriormente habrá que crear las condiciones para que sea habitable, es decir, su "terraformación". El autor explora los pasos que habría que dar para crear atmosferas, lagos... colonias de terrestres avanzados, ya sea en nuestro vecino o en otros, como alguna de las lunas de Júpiter. Suena creible... para finales de siglo.

La segunda parte va más allá. En los largos viajes a otros mundos en otros sistemas solares precisaremos nuevos avances científicos, como naves dotadas de tecnología que aún sólo empezamos a vislumbrar: nanonaves, velas láser, motores iónicos o de plasma, la energía del choque de materia y antimateria, etc. En estos desplazamientos por la galaxia nercesitaremos el apoyo de robots que se nos adelante, exploren y construyan e forma autónoma, robots autorreplicantes. Asusta un poco pensar en la dependencia de la humanidad de sus propias creaciones. 

La última parte se titula "La vida en el Universo". Analiza las posibilidades de otras civilizaciones con las que podemos contactar (o ellas con nosotros). ¿Cómo serían? Aquí entra en juego la escala Kardashev de las civilizaciones: tipo I las que aprovechan toda la energía solar que llega a su planeta; tipo II las que utilizan toda la energía que produce su estrella; tipo III, las que utilizan la energía de toda su galaxia. Según esto, todavía estamos en una civilización tipo 0,7 y tardaríamos uno o dos siglos en completar el tipo I y varios miles de años en alcanzar el tipo II. Todo esto conlleva la reflexión de cómo serán las transiciones, cómo podremos viajar entre estrellas o entre galaxias, cómo comunicarse con otras civilizaciones, cómo conquistar cualquier rincón del Universo. En último término, dominando los agujeros de gusano y la energía de Planck (¡es la energía para abrir un agujero negro!) se plantea la posibilidad que tendría la humanidad de escapar al propio final del Universo.
Así que se trata de un libro con una visión a largo plazo, con un adelanto del futuro basado en la ciencia y en opiniones de científicos, explicado desde las teorías de la física. Se me hace difícil pensar en todo esto cuando ahora mismo no somos capaces de detener un cambio climático local que parece una de las posibilidades de acabar con nuestra propia especie.