Ida, hasta el km 8

Comenzamos en el aparcamiento de la playa de Doniños. Dejamos el arenal a la izquierda desde la última de las pasarelas de madera y avanzamos pegados a la costa. Hay muchos caminos abiertos, algunos más fáciles y otros más al borde. Cualquiera nos vale.

Poco a poco la arena se va transformando en roca y el suelo se cubre de la vegetación típica, alternando el toxo con la herba de namorar, la vulneraria y las collejas. Un poco antes del km 2 el camino se interna entre matorral para alcanzar la Punta do Castro. Aquí nos encontramos con dos puntos de interés. El primero es la baliza de Lobadiz, una pequeña construcción en cemento bastante deteriorada. El segundo es el castro de Lobadiz, un recinto apenas reconocible por el matorral y las casetas construidas en su cara este. Tres muros y un parapeto cerrarían el acceso a este promontorio. Tras rodear este saliente volvemos al camino principal para alcanzar la playa de Lobadiz.

La opción señalizada, pegada a la costa (seguir el track) está muy cerrada por matorral y encharcada (depende de la época por supuesto). La alternativa es seguir la pista de tierra (en el cruce a la izquierda) que pasa entre las dos fincas valladas. En ambos casos llegamos a punta Lavadoiro, donde se encuentra el mirador de las islas Gabeiras: una barandilla de madera, un banco y un panel.

Las Gabeiras pertenecen a la ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) Costa de Ferrolterra-Valdoviño. Son dos islas, una granítica más próxima a tierra firme, Gabeira de Terra, y otra formada por rocas ultrabásicas, la más exterior o Gabeira de Fóra o Negra. Destaca la presencia de colonias reproductoras de paiño europeo con unas doce parejas (frente a las más de cien de hace unas décadas). la más importante de Galicia, y cormorán moñudo, con unas cuarenta parejas, así como de gaviota patiamarilla.

Retomamos el camino principal y continuamos bordeando el litoral, pasando por Os Guilleiros y cruzando el rego de Muíños hasta la punta Herbosa, donde se sitúa otro mirador, e nuestro km 5,5. Tras un pequeño descanso continuamos atravesando un pequeño pinar para acceder a una pista ancha en la que está el útimo mirador, el de la punta de San Xurxo, este enfilado en dirección a la playa, a la que llegamos en breve. En total llevamos 8 km cuando pasamos entre las casas-casetas que preceden al arenal.

De regreso por el interior

Comenzamos la vuelta por la misma pista y tras 0,5 km, a media subida, tomamos el desvío señalizado a la izquierda, entre pinos y matorral. Siguiendo el camino o el track o la intuición, rodeamos la cota de 96 m (a nuestra izquierda) y entramos en una zona de pastos. Aprovechamos para observar las aves de esta zona: verderones, tarabillas, colirrojos...

Distinguimos los dos postes de cemento que se corresponden con la "Milla medida" y nos acercamos al segundo de ellos (el del SE), en la cota más alta de la ruta. Estas balizas se usaban para enfilar los barcos y estimar la velocidad entre dos pares de postes separados entre ellos una milla.

Seguimos una pista ahora bastante abierta y transitada con el pinar primero a la derecha y luego a la izquierda. Lamentablemente hasta aquí llegan ya los coches. Sólo nos queda evitar el exceso de gente en caso de que estemos en un día soleado para situarnos de nuevo en el aparcamiento.

Habremos recorrido unos 13 km con dos paisajes diferentes: el litoral y el pinar. A varios de los puntos por los que pasamos es relativamente fácil acercarse en vehículo por diversas pistas por lo que es probable que en los días de verano nos encontremos con mucho "paseante".